La formulación «galénica» toma su nombre de Claudio Galeno, un famoso médico griego del siglo II d.C. y uno de los fundadores de la medicina occidental. En la farmacología, este término describe el arte de preparar un principio activo para que pueda comercializarse en distintos formatos: comprimidos, píldoras, sobres o soluciones inyectables. En la cosmetología, las formulaciones «galénicas» toman otras formas: geles, emulsiones, pastas, agua micelar, limpiadores, aceites, etc.
En Naos consideramos que la galénica no se trata solo de sensorialidad, también es una forma de mejorar la estabilidad y la difusión de los principios activos en la piel y de favorecer la observancia de los tratamientos dermatológicos.